Las instalaciones de Buñol, cuartel general del Levante UD en pretemporada

El conjunto granota se ejercita en Buñol y utiliza la residencia de futbolistas

Redactor Jefe | 08 JUL. 2013 | 13:43

La Ciudad Deportiva toma un protagonismo estelar y manifiesto en la primera fase de la actual pretemporada, marcando en la cronología establecida el espacio comprendido entre el sábado 5 de julio y la jornada del próximo martes 16 del mismo mes cuando el bloque haga la valija para desplazarse a Isla Canela en la provincia de Huelva.

La instalación de Buñol adquiere efervescencia y se convierte en el epicentro de la actividad física que el grupo desarrollará en las fechas más inmediatas. Las cimbras de la preparación del ejercicio liguero, que arrancará a mediados de agosto de 2013, comenzarán a fijarse en el hábitat natural del Levante. La planificación está establecida. Los futbolistas afrontarán hasta tres sesiones diarias en aras a conseguir el nutriente físico necesario para resistir el desafío colectivo que supone encadenar la cuarta temporada consecutiva en el marco de la Liga BBVA.

En ese sentido, el plantel madrugará para saltar al verde alrededor de las nueve y media de la mañana. La actividad matinal no concluirá con el final del entrenamiento realizado sobre el rectángulo de juego. El gimnasio consumirá el segundo tramo de la mañana. Y los miembros de la plantilla volverán a ajustarse las botas, a media tarde, para completar una agotadora jornada de trabajo que amenaza con perpetuarse durante el tiempo más cercano e inmediato. Son los rigores que caracterizan y dotan de una identidad específica y singular a las pretemporadas. El esfuerzo, en el plano físico, suele ser abrumador y hay un incremento intensivo y proporcional de las diferentes cargas que se van estableciendo con la exclusiva finalidad de conseguir el estado idóneo ante la dureza y la complejidad de la temporada que ya es posible vislumbrar por el horizonte.

No obstante, el influjo de la Ciudad Deportiva es mucho mayor en este período introductorio a la competición. Y supera los cauces estrictamente deportivos para profundizar en otros agentes que también entroncan con los parámetros que determina la pretemporada. Desde ese prisma, la Ciudad Deportiva servirá de ámbito para estrechar las relaciones personales entre los integrantes de un plantel en el que hay un contingente importante de miembros con pasado en la entidad, pero en el que aparecen nuevas caras. La convivencia se convierte en un componte fundamental en un colectivo que, a día de hoy, supera la veintena de jugadores y que crecerá con la llegada de Vyntra, Keylor Navas, Diop, Rubén o Da Silva Pinto. Es un punto que marcha en paralelo a la preparación.

Los futbolistas convivirán en la residencia de Buñol en los interludios con los entrenamientos. De hecho, la plantilla está citada cada mañana a las 8.30 horas para compartir desayuno. Sesenta minutos después se trasladarán al tapete con el fin de ejercitarse. A las 14.00 horas regresarán de nuevo al comedor para almorzar junto a la totalidad del cuerpo técnico. Con posterioridad, descasarán en las habitaciones, que habitualmente ocupan los canteranos que residen en Buñol, y cerrarán la jornada pisando una vez más el campo. Este régimen establecido, casi espartano, acentúa el innegable valor de la Ciudad Deportiva de Buñol como núcleo focal de la etapa inicial de la pretemporada. Y no únicamente desde una vertiente estrictamente deportiva. La alimentación de los profesionales, en un instante determinante del curso, y el ámbito de las relaciones sociales se concatenan como factores a desarrollar en este escenario.