Me cabrea el silencio sobre una venta del Valencia
Han sido muchos años de muchas burradas, y ahora, cuando le verdad llama a la puerta, algunos no saben ni dónde esconderse

Que ahora haya un silencio sepulcral por la venta del Valencia me cabrea, me cabrea mucho, porque ciertamente no hay nada que contar más allá de que no hay un proceso abierto, y no lo habrá en el corto y medio plazo, pero es que han sido tantos años calentando los cascos al personal que me da mucha vergüenza que ni siquiera se haya pedido perdón a nadie por todo ese ruido que no tenía más base que el hecho de que mandara otro distinto al que yo quiero.
Aquí no hay proceso de venta ni compradores, y tampoco hay voluntad para que Lim se deshaga, en el corto plazo, de sus acciones. Insisto en los tiempos porque no van a estar para siempre, “simplemente” van a esperar a que les paguen lo que ellos quieren cobrar, y eso no tiene fecha, aunque es obvio que algunas cosas son clave para entender ciertos tiempos.
Pero es curioso que ahora no hay nada, no hay nadie, no existen rumores, especulaciones, conspiraciones paranoicas para desbancar a Meriton por la fuerza de los gritos y las redes… y nadie se va a hacer responsable de ello, de haber generado esa expectativa falsa y embustera, de hacer creer a miles de valencianistas de buen corazón que se podía lograr algo que no tenía ni pies ni cabeza.
Y ya no digo el hecho de insultar de forma impenitente a aquellos que osamos decir que no, que así no, que el enemigo era el que era, pero que la guerra no se libraba de esa forma. Ese silencio me cabrea, porque ahora incluso los hay que pretenden coger la bandera de que siempre ha sido así cuando han sido los portadores de la contraria. De verdad que, por nuestra forma de ser, nos pasa poco.