Javi Guerra, el equilibrio que el Valencia no puede permitirse perder

Del gol salvador al Valladolid a cerebro del centro del campo, su evolución ha sido tan constante como valiosa. Retenerle no es solo una decisión deportiva, sería una declaración de intenciones y de cambio

Jose Hernández | 19 JUN. 2025 | 08:00
Javi Guerra

Javi Guerra no llegó al primer equipo como una promesa inflada ni con focos artificiales. Su debut fue el de un chico que respondía a una emergencia del club, metido de lleno en la lucha por la permanencia. Hoy, con solo 22 años, es mucho más que una buena aparición: es el motor silencioso de un equipo en construcción.

Su irrupción en la temporada 2022-23 fue fulgurante. Aquel gol ante el Valladolid en un Mestalla encendido evitó lo que parecía inevitable, el descenso. Fue un héroe puntual, pero la exigencia le colocó de inmediato en un pedestal peligroso. En el siguiente curso vivió altibajos. Partidos buenos, otros discretos, cierta sobreexposición. Y sin embargo, nunca dejó de crecer a pesar de no conectar con Baraja. No por volumen mediático, sino por comprensión del juego. Estuvo muy cerca de partir en dirección al Atlético de Madrid pero afortunadamente la operación quedó abortada.

Guerra tiene pase, llegada, capacidad de recuperación y sobre todo, sentido colectivo. No juega para destacar, juega para dar equilibrio y cuando goza de confianza tiene gol. Cuando él está bien, el Valencia respira. Cuando desaparece, el equipo se parte y esa es su verdadera importancia en este Valencia. Carlos Corberán lo sabe. En su modelo, los centrocampistas no son sólo piezas de transición: son cerebros y  Guerra encaja con naturalidad en esa idea. Puede ser interior, doble pivote, puede ser incluso llegador. Tiene físico, lectura del juego y actitud. Y eso, en este Valencia tiene su peso en oro.

Ahora llegan las ofertas, y con ellas las dudas. Pero el debate no debería centrarse en cifras. Desde lo futbolístico, Guerra es un jugador imprescindible. No sólo por lo que ya es, sino por lo que puede llegar a ser; un reflejo de lo que este club debería querer construir. Por eso la oferta del AC Milan es inaceptable aunque será Peter Lim quién tenga la última palabra. El jugador no pondría reparos en continuar pero también necesita confianza y un salario razonable y acorde a su aportación.