Carlos Corberán, del escepticismo a la ilusión moderada
Al técnico se le escucha y participa en la confección de la plantilla, se ha ganado el respeto de la afición y sería buena noticia que también la propiedad le diera mimbres de verdad

Hay entrenadores que imponen desde el minuto uno y otros que observan en silencio y construyen su crédito en base a trabajo y sensatez; Carlos Corberán pertenece al segundo grupo. No llegó al Valencia con frases grandilocuentes ni con exigencias públicas. No pidió estrellas pero asumió con valentía el difícil reto que tenía por delante. Cumplió con creces y lo más importante, en pocos meses ha logrado sustituir el escepticismo que levantaba entre la afición por ilusión moderada.
No ofreció titulares en ruedas de prensa ni participó de filtraciones (ocasiones no le faltaron), incluso se le tachó de previsible pero cumplió el objetivo mínimo aunque faltara la guinda de Europa.De momento Peter Lim le ha recibido y parece que por primera vez ha accedido a escuchar: ya ha llegado un fichaje y se ha cumplido la petición expresa de renovar a Foulquier.
Los movimientos se están produciendo aunque alguna venta importante será inevitable, ¿realmente hay un propósito de cambio? Si se produce un giro, por pequeño que sea, el valor de Corberán irá todavía más lejos de su trabajo en el campo. El Valencia no ha anunciado fichajes, pero ha empezado a abrir espacio para las llegadas. Ahora se abre el melón de la portería con la negociación por Agirrezabala, y como venimos informando en las últimas semanas, mantener y renovar a la mayoría de promesas jóvenes puede marcar diferencias en la confección del nuevo proyecto.
Los resultados marcarán el futuro de un Carlos Corberán que de momento se ha ganado el derecho a confiar en él y en sus decisiones. Ahora la pelota está en el tejado de Meriton y en la gestión deportiva y económica que pueda ejercer el nuevo CEO, Ron Gourlay.