En Valencia no podemos empezar con el “vamos a bajar a Segunda”

No podemos vivir siempre un drama en torno al Valencia. Porque además es que parece que nos guste, que disfrutemos con él. Este final de Liga que ha sido malo por muchos motivos, que ya lo decía el entrenador al final del partido contra el Girona: “ha sido un día que no sabría cómo catalogarlo. Fue extraño. Descafeinado. Día para olvidar por muchas cosas”. Y una de ellas, que no lo dice él pero lo digo yo, es ese ambiente de penumbra que se empieza a dibujar.

Hay miedo, lógico, por si el club decide desmantelar la plantilla. Porque eso es algo que puede pasar, que no sería la primera vez que sucediera, y que nos tiene a todos en vilo, incluyendo a los jugadores. Pero repito, eso está por venir, y aquí ya nos estamos dando por descendidos el año que viene, con un partido todavía que jugar en esta campaña. Creo que el duelo y la rabia están justificadas, más que eso, pero lo de estar lamentando que no ha pasado, no.

Y claro que yo tampoco las tengo todas conmigo, porque veo lo mismo que cualquiera, por supuesto. Pero a pesar de todo, cuando veo el trabajo que ha hecho Baraja, y su plantilla, me agarro a eso porque llevan mi escudo y mi camiseta. Y sigo creyendo, supongo que de manera absurda, en que algunas cosas sí pueden cambiar, aunque no sea nada sencillo. Nos espera un largo verano, y mi consejo es que intentemos no hacerlo más complicado aún.