Mil formas de sentir el Valencia, y todas son válidas

"La afición del Valencia está por encima de todo, a pesar de lo que está pasando". Las palabras son de Quique Sánchez Flores, ahora entrenador del Sevilla, pero siempre, valencianista. Creo que no he discutido más con un técnico del equipo en mi vida, porque los dos años y pico que estuvo sentado en el banquillo de Mestalla fueron duros a ciertos niveles, y por un lado creo que me equivoqué en algunas cosas, como entiendo que él haría también, pero sobre todo, no vi una cosa que es evidente.

El valencianismo que había en Quique. Como el que hay en todos nosotros, que nadie lo dude, porque aunque cada uno piense de una forma, que si todos lo hiciéramos igual sería muy aburrido, nos une la misma esencia, y eso es algo que olvidamos mucho, demasiado, y así nos pasa muchas veces con la fractura evidente que hay en el entorno, aunque se tenga muy claro que el enemigo común se llama Peter Lim. Aunque ni para afrontar ese problema nos ponemos de acuerdo y queremos imponer nuestra verdad.

Escuchar a Quique hablar del Valencia es una delicia. Porque lo hace con sentimiento, con cariño y con verdad, no hay nada impostado en su discurso, algo que se agradece, y mucho. "He sentido muchísimo. Desde que llego a Valencia. Es el campo donde más entradas he dado estos años. Ha sido la vez que más entradas he pedido. Han venido muchos amigos, ex compañeros, familia... A veces veo jugar a los jugadores en este estadio y a veces me imagino a mí dando pases. Fue maravillo. Se me pone la piel de gallina viendo a Mestalla", decía el que fuera lateral derecho durante muchos años. Y ya no es el contenido, es el continente. Y es, en definitiva, lo que sentimos todos.