La humildad debe ser la base del Valencia, en todo

"¿Qué es mejorar la plantilla del Valencia? Este año la “empeoramos” y llevamos 35 puntos a estas alturas de la temporada”. Las palabras son de Miguel Ángel Corona, el director deportivo del equipo, en la presentación de Peter Federico. El fondo y la forma, para quien suscribe, está equivocado, porque aunque entiendo lo que quiere decir Corona, todos lo entendemos, es obvio que (casi) nadie esperaba estar en esta situación en el mes de febrero, y que hay un factor diferencial brutal que se llama Baraja, que explica en gran medida que las cosas estén así.

A la plantilla le faltaban en agosto muchas cosas, y le siguen faltando ahora. No creo que sea peor esta que la del año pasado, y lo he dicho muchas veces, pero ha sido en gran medida òr la limpieza de vestuario y el compromiso que han tenido todos los jugadores con su entrenador. Coincido con Corona en que “en fútbol es muy difícil hablar con tanta rotundidad, nunca sabes”, pero tampoco puedo olvidar que no se han cubierto todo esas necesidades, ni en verano ni en invierno.

Es muy difícil ser Corona, o Javier Solís o Layhoon, eso ya lo he dicho muchas veces, y es por ello que cuando te toca dar la cara ante los medios, el discurso siempre debe tener perfil bajo.

Y eso no significa que no puedas ser contundente, pero cuando al final todos sabemos que no se tiene 100% poder de decisión porque el dueño lo quiere así, ponerlo a parir no tendría sentido, pero justificarlo a capa y espada, tampoco. Hay una frase que le compromete, a él y al club, en los próximos meses: “no necesitamos la firma del propietario para hacer operaciones. Tenemos la de la presidenta”. En función de cómo vayan las cosas, estoy seguro que será repetida muchas veces.