El Valencia es Baraja, sus jugadores y su afición

El Valencia es Baraja, sus jugadores y su afición. Todos saben dónde están, quiénes somos y qué queremos. Todos estamos hartos de sufrir, de pasar vergüenza, de no ser lo que queremos ser. Si el Pipo ha decidido que no pongamos límite a nada, con él al fin del mundo. Lo que ha pasado en este club, a nivel deportivo, en los últimos 12 meses, es para escribir un libro. Uno muy grande, por cierto, ya que en este tiempo ha pasado de todo... y lo que falta.

Se ha renovado la plantilla de arriba a abajo, por pura necesidad, ya que el Pipo limpió el vestuario de manera inteligente el pasado verano, y los refuerzos, ni mucho menos, han colmado las necesidades que se tienen. Tenemos carencias, muchas, pero van siendo suplidas con ganas, trabajo, y niños que no están donde deberían por su edad, pero que se han adaptado, en la gran mayoría de los casos, de una manera absolutamente extraordinaria.

Yo elijo soñar, aspirar a seguir ganando partidos, a vivir cada jornada con nervios, con intensidad y con la certeza de que, con errores y aciertos, vamos a darlo todo. Al mismo tiempo siento rabia, mucha rabia, porque si el máximo accionista quisiera, si le diera la real gana, podríamos ser mejores, mucho mejores, y con muy poco más, porque tampoco se ha exigido ningún Balón de Oro. Pero llega un punto que eso, al menos a mí, me agota más que me cabrea.