La mejor afición del mundo tiene su origen en Mestalla

No sé cuántos valencianistas estarán apoyando al Valencia en el Metropolitano, pero tengo claro que serán muchos, como siempre. Y eso que esta historia de los horarios nos ha reventado por todas partes, que no es lo mismo un domingo a las 16h15 que a las 21 horas para los que viajan, pero vaya, le ha tocado a los aficionados de Mestalla, para vergüenza de todos.

Siempre ha habido viajes, siempre, pero de un tiempo a esta parte es algo que no recuerdo haber visto con esa intensidad salvo en momentos muy concretos, cuando nos estábamos jugando cosas muy importantes. Hay un arraigo del sentimiento de pertenencia que ha despertado en muchos jóvenes que hace sentir mucho orgullo, pero mucho, y que tiene toda la sensación de ser el embrión de algo muy grande, y que va a durar mucho en el tiempo.

Porque estos chavales me recuerdan mucho a esa generación perdida, esos que crecimos a nivel fútbol entre 1980 (aunque naciéramos antes) y 1999, cuando tocamos “Mare” por primera vez en nuestra vida. Estos nanos han tenido más suerte que nosotros, que ya han ido a dos finales en 5 años y han ganado una, pero han sufrido al nivel del 86, y eso son palabras mayores, muy grande, muy duras.

Es emocionante ver que viaja tanta gente cada 15 días, porque lo de Mestalla ya nos hemos quedado sin calificativos para poder describirlo. La mejor afición del mundo es la nuestra, por muchas cosas, por muchísimas, y porque no tengo nada claro que ningún otro grande arrastrara lo que nosotros sin estar entre los primeros. Porque ser del Valencia es otro rollo, completamente distinto a todo, y eso es algo maravilloso.