Una partida de póker llamada Nuevo Mestalla, pero con cartas marcadas

El Valencia y el Ayuntamiento firmarán el convenio y la ciudad tendrá el Nuevo Mestalla. Hace mucho tiempo que este asunto, al menos quien suscribe, me lo tomo como una especie de película. Es decir, estamos en el cine viendo cómo los actores desarrollan la trama y los diálogos, intuimos de forma clara el final de la historia, y asistimos a las derivas que se van produciendo según cada momento.

No sé si estamos hablando de una comedia o de una tragedia, de una película de amor o de guerra, pero está muy claro que el desenlace se ve casi en la primera escena. María José Catalá ha heredado una patata caliente que viene de más de 15 años atrás, y con los dos últimos especialmente violentos, ya que las instituciones utilizaron ese problema en beneficio propio en clave electoral, aunque les salió luego todo al revés.

Luego está Meriton, que no ha movido un dedo de verdad en casi una década, pero que ahora ve cómo el Valencia, el Valencia, tiene el dinero para terminar el estadio, y en ese contexto pondrá facilidades. La alcaldesa no puede dejar que le engañen a ella también, aunque tenga claro que todo es distinto por el asunto del dinero.

Y debe dejar claro, en la forma y en el fondo, que será lógica, pero que no va a regalar nada, que nunca se regala nada al Valencia, pero los mensajes son los que son. No tengo ninguna duda que 2024 es el año dl estadio, porque no hay vuelta de hoja. Y que los procesos de esta partida se están dando sin prisa, aparente, pero sin pausa alguna.