El camino a la salvación ha comenzado, oxígeno para el Valencia

La de ayer será una noche que Rubén Baraja no olvidará, no se escondió a la hora de reconocer que le habría gustado que el autobús del equipo entrara al campo por la puerta principal. Quería sentir el calor de la afición y en el terreno de juego la mecha de la magia se encendió, el equipo se lo dejó todo y la comunión con la afición fue total. El Valencia tiene que encontrar un camino y seguir creciendo, el fantasma del descenso sigue en el aire y ya habrá tiempo de sacar conclusiones para que una situación como la actual no se repita.

A partir de aquí resta un duro camino, en el mes de marzo va a ser cuando el Valencia decida de verdad su supervivencia o no en la máxima categoría. Espera una difícil visita al líder, buscar puntuar es el objetivo pero sobre todo competir para que el equipo se crea de verdad que tiene opciones de todo, el duelo frente a Osasuna será otra historia y de nuevo Mestalla será primordial en esta lucha. En plenas Fallas el Valencia pondrá fin a un calendario que no ha dado tregua y que a partir del encuentro en el Wanda vivirá un camino más liviano, al menos en teoría. La etapa Baraja termina de comenzar y los tres puntos frente a la Real suponen un respiro, al menos durante unas horas antes de volver a la brecha del trabajo.

Hay más calidad de lo que marca la tabla clasificatoria, pero no es momento de confianzas ya que se está sufriendo demasiado. El equipo y la afición necesitaban algo de oxígeno.