Y Mestalla se entregó al Valencia (antes de empezar a jugar)

Mestalla se ha ilusionado con su Valencia. Como siempre, como toda la vida. Hemos mezclado muchas cosas, demasiadas, y hemos olvidado la esencia, que es el juego. No recordamos que desde febrero de 2020 nada era normal, que habían ocurrido muchas cosas, entre ellas una terrible pandemia, y no sé si era por olvido o por interés, pensábamos que todo era siempre así.

Y no, todo ha sido siempre como es ahora, con casi 40.000 personas viendo un Valencia - Getafe un 4 de septiembre a las nueve de la noche con una humedad en el campo del 80%. Se ha dudado de demasiadas verdades que no tienen debate, y todo a cuenta de atizar a una propiedad que ya hace para que le arree sin tener que recurrir a otras cosas que sólo generan confusión, división y enfrentamiento.

Se dijo por activa y por pasiva que no había ni 25.000 socios, y luego resulta que renuevan más de 31.000, con más de 6.000 altas después de dos años sin poder hacer ninguna por los problemas de aforo. No entiende que nadie se sorprenda por lo que está pasando, porque con 48 años que tengo, es lo que recuerdo de toda la vida, de siempre. Eso, 8000 personas viendo la presentación de los fichajes, pasión por el equipo.

Hemos querido mimetizar la crisis de la propiedad con crisis de fe en el valencianismo, y las pruebas, los datos empíricos, nos dicen de nuevo que eso no es así, que nunca ha sido, y que ya sabrá qué busca el que insiste en que eso es así.