Bordalás, de la ilusión inicial a la resignación

Las horas de José Bordalás están contadas y a falta de confirmación oficial el técnico parece sentenciado. Pocos días después de que se cumpliera un año de su llegada el club ha decidido separar los caminos y empezar un nuevo proyecto de la mano de Gattuso, está siendo una semana intensa y la despedida de Bordalás es un hecho.

Es difícil dar una nota final a su paso por Mestalla pero podríamos decantarnos por el aprobado justo. Su fichaje despertó ilusión y para él era todo un reto dirigir a un club de tanta magnitud aunque en horas bajas; Bordalás se veía capacitado para recuperar el ADN valencianista y devolver al equipo al lugar que le corresponde. En la práctica se pasó en pocos meses de la ilusión a la resignación y Bordalás se vio desbordado en ocasiones. Siempre habló de falta de recursos y oficio en la plantilla, algo que no gustó a los jugadores y sonó a excusa, pero tenía parte de razón.

Contaba con una plantilla muy desequilibrada pero la novena plaza final en la liga debe ser considerada como decepcionante. El Valencia sí dio la cara en la copa y rozó un título, la derrota en Sevilla fue triste pero se cayó con honor. Por otro lado y en la parcela positiva, Bordalás siempre fue profesional y conectó con la afición. Al técnico le hubiera gustado seguir para devolver con resultados el cariño recibido pero no ha podido ser.