Los veranos de incertidumbre en el banquillo del Valencia

Podemos decir que desde la primera etapa de Marcelino García Toral en el Valencia no se vivió un verano relativamente tranquilo en el Valencia. Vamos a llegar al mes de junio y todavía la continuidad no está garantizada aunque tiene todas las papeletas para seguir, eso sí, con muchas semanas por delante hasta que comience La Liga en las que pueden suceder muchas cosas.

Con Meriton al frente tener veranos movidos ya es una garantía. De la mano de Mateu Alemany el Valencia estaba inmerso en negociaciones pero con situaciones nada extrañas a las que pueden suceder en cualquier club. En el verano de 2019 comenzaron a llegar los terremotos con las negociaciones de venta por Rodrigo Moreno y el cruce de declaraciones por los fichajes entre Marcelino y la propiedad. El resultado lo conocemos todos y Marcelino terminó saliendo del club tan pronto como se cerró la ventana de traspasos.

Celades no tuvo tiempo ni de planificar la siguiente temporada y en su lugar llegó un Javi Gracia que muy pronto se arrepintió de haber aterrizado en Mestalla. El entrenador navarro terminó hastiado y fue él quien puso su cargo a disposición tras un verano cargado de ventas y sin fichajes. Gracia se sintió engañado. Hace justo un año Bordalás fichó por el Valencia y la afición lo vio como un paso hacia el Cambio. El propio técnico confió pero no se le trajeron las piezas que necesitaba.

Surgieron las primeras fricciones y desde el club Bordalás empezó a ser visto como una figura problemática. Tras una temporada difícil, un subcampeonato de copa y un contrato que une a las dos partes, es difícil pensar en la salida del alicantino aunque Peter Lim tendrá la última palabra. Lo que sí podemos asumir casi con toda seguridad es que no vamos a vivir un verano tranquilo y las polémicas están garantizadas.