La verdad en Orriols

El Levante necesita tener la cabeza fría

Rafa Carretero | 14 FEB. 2012 | 18:47

Las filtraciones son como los pedos, que el culpable es el primero que se queja. Pero lo que importa no es el origen de las informaciones, sino saber la verdad y gracias a ella el levantinismo puede hacerse una idea de cómo ha sido el mercado de enero para el Levante. Difícil. El objetivo real era traer a dos delanteros y al final sólo ha venido uno. Y encima con unos números que no invitan precisamente a la ilusión, pero que llevan la firma de un jugador pretendido por otros clubes italianos.

Desde un punto de vista destructivo, el Levante ha fichado a uno al que acababan de pillar en un control de alcoholemia (Botelho), a otro que estaba tieso (Serrano) y a un tercero que no le mete un gol al arcoiris (Ghezzal), amén de a un David Navarro del que desde el propio Valencia han pasado informes negativos. Sin embargo, desde un punto de vista menos mezquino, se ha fichado a un lateral izquierdo que pidió el entrenador, al segundo jugador mejor pagado del Racing y a un delantero internacional que disputó el pasado Mundial y lo pretendían otros clubes italianos. Es cierto que ha sabido a poco y que Juanlu ha estado muchas semanas sin un relevo en la banda izquierda, pero también lo es que el club no ha perdido la cabeza y que fichar era muy difícil.

Hay un entorno interesado muy crítico con Juan Ignacio y el entrenador debe saber quién le está jugando con doble cara. El técnico que condujo al Levante a Primera División no es perfecto, pero tampoco lo era cuando todos le doraban la píldora. Si tiene la cabeza fría y esquiva los follones que quieren montarle, saldrá beneficiado.

Después de haber sido líder, el Levante tiene que ir a peor. Si alguien espera lo contrario, que no se espere porque esta temporada le va a parecer un fracaso. El equipo tiene que taponar las vías de fuga y reencontrar la normalidad de resultados para salvarse holgado y que la temporada no se le haga eterna si los cartuchos no le llegan para pelear por Europa, objetivo que no está tan caro, al menos todavía. Está bien que los jugadores vean resúmenes globales con aciertos y errores porque la conclusión es, a lo Laporta, que "al loro, no estamos tan mal".

Si Manolo Salvador dice que estaba siguiendo seis meses a Ghezzal puede ser verdad o mentira, pero lo que sí que es cierto es que crédito tiene para que el levantinismo le crea. Quico Catalán estaba dispuesto a pagar por un traspaso, pero no por un cualquiera. Es un matiz importante a la hora de enjuiciar su política. ¿Valía la pena traspasar la raya? Si el mercado más pobre de la era moderna no ofrecía la posibilidad, no es mala idea hacer granero. La afición no debe olvidarse de dónde viene. Al presidente hay que exigirle que sus negociaciones sean lo más favorables posibles a los intereses del club, no que dispare con pólvora de rey, porque eso sabe hacerlo todo el mundo.