Cuando la grada pita a su equipo no ayuda, no es bueno, eso es así

"El que venga tiene que venir a intentar animar. Si no quiere hacerlo que recrimine cuando termine. Durante el partido es muy perjudicial para nosotros". Escuchaba las palabras de Dani Parejo después del partido que el Villarreal perdía contra Las Palmas en La Cerámica. Y lo cierto es que no puedo estar más de acuerdo con ellas, y son extrapolables a cualquier campo y cualquier afición del mundo.

Porque hay momentos en que las cosas van peor que mal, pero en casa, en tu campo y con tu gente, si escuchas la música de viento durante el partido, lo más normal es que estés acabado en ese encuentro de forma irremediable.

No entro en la figura del que fuera capitán del Valencia ni lo que está viviendo ahora allí, que aunque me sabe mal no es nuestro problema, sino en lo que un tipo veterano de 34 años, con más mili que el palo de la bandera, tiene claro como el agua y verbaliza sin ningún tipo de miedo, que es como se han de hacer estas cosas, amén de con naturalidad, para que de verdad el mensaje pueda calar donde toca. No podemos tener queja de Mestalla, y me ciño a este año para no irme a ninguna otra temporada.

La gente está siendo consciente de lo que tenemos en juego, la que va al campo, la que ha mamado esto toda la vida, lejos del ruido que se intenta hacer fuera a cuenta de una guerra que no se va a ganar de ese modo. Veamos lo que pasa en otros sitios, que es algo que hacemos demasiadas veces para otros temas, y tomemos buena nota. Lo dice Parejo, que para esto y para muchas cosas, no deja de ser una voz mucho más que autorizada.