Mantener la ilusión del valencianismo como supervivencia

El Valencia se la juega en las últimas jornadas y los dos próximos encuentros van a marcar el camino, si el equipo vuelve a fallar y no se logran victorias se diría adiós a Europa y las últimas jornadas podrían hacerse muy largas casi sin opciones. El fútbol y los resultados tapan muchas penas pero si el Valencia cae a zona de nadie en la parte final las guerras sociales se van a intensificar; esto es una realidad si tenemos en cuenta los precedentes.

Volver a Europa sería el primer paso hacia una normalidad deportiva, queda mucho por recorrer y desde luego no sería un logro para encender la euforia. Pero reconociendo esto, alcanzar una plaza para jugar competiciones continentales sería un broche de oro al trabajo de los jóvenes y de Baraja. Nadie puede ni debe arrebatar el derecho a ilusionarse a una afición que ha sufrido demasiado en los últimos años. Aunque sea un logro menor, había que calificar la temporada con buena nota teniendo en cuenta el escenario del que se partía.

La ilusión es lo único que puede dar vida al valencianismo en una situación como la actual, y sin duda, la fidelidad de la afición es el mayor activo con el que cuenta el club y así ha quedado demostrado en los partidos de Mestalla y en los viajes masivos. Es momento de dar el último aliento y ojalá de disfrutar con dos partidos que pueden meter al Valencia en la zona europea de nuevo.