Peter Lim tendría que venir a Valencia y bajar al vestuario

Que Peter Lim baje al vestuario del Valencia y diga lo que tenga que decir. Hay una presidente que viene a gestionar una serie de cosas que nada tienen que ver con el fútbol, nunca lo han tenido. Hay un director de fútbol que no ha sido acreditado con el poder suficiente nunca, y eso ahora pasa una factura que el club no puede pagar, porque Corona no tiene la fuerza moral suficiente como para bajar y decirle de todo a la plantilla para motivarla. Y tampoco existe un director general al que se tema sólo por el hecho de su mera presencia. 

La falta de estructura, o al menos que la existente no tenga toda la legitimidad que debiera, es un problema más añadido, como si no tuviéramos ya bastantes. Todo se deja a la gestión del grupo, empezando por el propio entrenador, que como les ha pasado a todos los han estado antes desde Javi Gracia, se encuentra con que no se puede apoyar en nadie que no sea el mismo Carlos Marchena, su segundo. ¿Se puede sacar la situación adelante con todo y con eso? Sí, claro que se puede, pero es mucho más complejo, porque no vamos todos a una.

No va a pasar, ni con Lim ni con su hijo, que es otro al que se esperaba en la ciudad desde hace muchos meses y al que no se le ha visto el pelo tampoco. Pero esa familia, esa gente que es la propietaria de esta entidad y maldita la hora, debe hacer algo además de dejarnos morir de hambre y de sed, que es lo que nos está pasando en este momento. Conforme lo escribo me cabreo, y mientras me cabreo tengo claro que no va a pasar nada, y me frustro por un lado, y por otro, aunque no quiero, me entra un pánico que no puedo con él.