La lucha por el poder en el Valencia

Mandar en el Valencia sin poner ni uno se acabó hace tiempo. Eso es algo que algunos tenemos claro, pero es obvio que no todos. Cuando Juan Soler y Paco Roig se lanzaron a comprar acciones de forma desmedida entre 2003 y 2004, todo lo que significaba demostración del club se esfumó, porque era algo completamente inviable. Amadeo Salvo llegó a ser presidente, pero estaba claro que, o bien se iba la sociedad a concurso, algo que Bankia no permitió, o se tenía que ir a un inversor que pudiera apagar todos los fuegos que había encendidos... que aún lo están. 

Lo de querer echar a Peter Lim es algo que comparto en su fondo, porque con esa actitud no nos puede mandar, pero no entiendo en su forma. ¿La justicia lo puede apartar de la gestión? Pues la verdad, no sería bueno, porque una cosa es tener gestores torpes, y otra muy distinta, delincuentes. Aunque serán los jueces los que dicten sentencias, primero en el asunto de Libertad VCF, y luego, en septiembre, en el de la venta. Pero si esto falla, las luchas de poder torticeras que estamos viendo los que ya tenemos una edad, es que dan poco menos que risa.

El concepto "lucha de poder", en el Valencia, es algo caduco, porque ya no existe. Si tienes 300 millones de euros puedes optar a comprarle sus acciones a Lim, pero dudo que en ese proceso haya una cola que dé dos vueltas a Mestalla. También se han terminado los tiempos de "dame la gestión que yo te lo arreglo", porque los que hoy en día tienen el dinero, también tienen gestores de primer nivel, sean o no de aquí. Es hora de empezar a vivir en el siglo XXI, aunque llevemos ya casi un cuarto de esta centuria.