José Bordalás está feliz en el Valencia: dejémosle en paz

Cuando te pica el bicho del valencianismo ya no hay vuelta atrás, y eso de que piensa el irse, obviamente, no tiene sentido alguno

Toni Hernández | 03 FEB. 2022 | 10:04
José Bordalás

Estoy ilusionadísimo en el Valencia. El cierre de mercado crea inquietud, pero yo estoy feliz. Esta afición y este club son impresionantes”. Las palabras de José Bordalás después de meter al equipo en semifinales de la Copa del Rey no van a tener tanto recorrido como las de la previa, pero son, si cabe, mucho más importantes, más contundentes, más nacidas de la emoción en estado puro. El míster es lo mejor que le ha podido pasar a este club en muchos sentidos, y por eso, que sea estable, con sus cosas, es algo que no viene bien a cierto relato. Y negarme eso equivale a cuestionarme que mañana saldrá el sol, es decir, una solemne estupidez. 

El técnico alicantino y su entorno, que le asesora y muy bien, zanjaron de raíz la polémica artificial abierta con que si podía seguir o no el año que viene. Y todo a cuenta del no fichaje de un medio centro defensivo, que hace falta como el comer y eso no lo discute nadie a nivel deportivo, pero es que aquí estamos hablando de otras cosas que no tienen nada que ver. Aquí se está dando por sentado que Bordalás está harto, que se piensa el irse a final de temporada, que no soporta más el estar con esta gente. Porque claro, nadie tiene un jefe tocapelotas, todos son de PM. Y Meriton debería haber salido del Valencia ya, que de ahí tampoco me bajo.

Cuando escuché al entrenador tras el partido me sentí identificado, porque cuando te pica ese bicho, cuando empiezas a entender dónde estás y a vivirlo, cuando comienzas a ser feliz con todo y a pesar de todo, ahí entras en una fase que no tiene vuelta atrás. Bordalás es un activo gigante, que cometerá errores porque nadie es perfecto, pero que da muchísimo más que quita. Un tipo que ha venido no a sumar, sino a multiplicar, y al que la propiedad debe cuidar y el entorno respetar y no usar en la guerra con nadie, que él está aquí para ganar partidos. Que siga siendo feliz entre nosotros, por el amor de Dios.