El objetivo del Valencia estaba muy claro: competir

El gran objetivo del Valencia 21/22 de José Bordalás no es otro que competir. Hacerlo mucho más y mucho mejor que el año pasado, aunque sea con armas similares en cuanto a jugadores, a pesar de que todo apunta que van a seguir llegando esos fichajes que se esperan como si fuera agua de mayo en pleno verano. Corazón hay en este grupo, porque en caso contrario nos hubiéramos ido al pozo sin remisión, pero con eso no basta, ya nos quedó claro, y ese salto de calidad en todos los sentidos hay que darlo para no seguir viviendo más tiempo en la mediocridad.

Competir, que tampoco se confunda nadie, no es salir a reventar a patadas al rival, eso es otra cosa. Por establecer un paralelismo que explique un poco esto sólo hay que mirar al Valencia de Benítez, más allá de los resultados finales que llegó a alcanzar. Era un bloque, era duro, no renunciaba a jugar con el balón en los pies, y si había que llevarse a un rival por delante, pero iba por el aire. Competir es ir al 100%, más no existe, y hacerlo en base a un plan claro que dote de personalidad al equipo. No hay más secreto que eso, ni cosa más complicada de conseguir en el fútbol.

Es básico tener la materia prima necesaria para poder conseguir ese objetivo, pero cuando tienes las ideas claras, y eres capaz de transmitirlas y el grupo se las cree (que es esencial), el camino siempre va a ser más sencillo. Javi Gracia lo intentó, nadie se lo niega, pero se rindió muy pronto y luego vino todo lo demás. Bordalás viene con la lección bien aprendida y con su libro por delante de todo. Fue lo que llevó al éxito en Getafe, con menos recursos, y es lo que debe llevar al mismo sitio aquí, por el bien de todos.