Twitter, ese juez que sentencia a cadena perpetua sin pruebas en el entorno del Valencia

Todo lo ocurrido esta semana nos debe hacer reflexionar a aquellos que componemos el entorno del club de una forma u otra

Toni Hernández | 02 AGO. 2017 | 07:30

Twitter y el Valencia Club de Fútbol empiezan a ser una mezcla peligrosa, porque hay mucha gente que hace tiempo que cruzó cualquier umbral de decencia o de humanidad, y le da igual todo, o peor aún, piensa que todo vale. El daño que se puede hacer con mentiras y falsas verdades en esta red es gravísimo, y sólo el que lo ha sufrido puede hablar, porque lo ha vivido. No se trata de que te critiquen por esto o por aquello, si te dedicas a esto puede pasar, pero es que el traspaso de lo profesional a lo personal, con temas que puede constituir hasta delitos, es tan frecuenta que da asco, porque se institucionalizado la burrada. Y luego, los profesionales de los medios, con citar al tipo que dice la animalada, nos pegamos una lavada de manos a lo Poncio Pilatos, y listo.

O alguien le pone freno a esto, o algún dñia pasará algo, y ya en el proceso de venta del club lo tuvimos muy cerca, que hay quien no se acuerda pero se hicieron cafradas muy gordas. Muchas personas vivimos de esto, es nuestro pan, y me refiero a todos los que trabajamos en torno al fútbol, da igual de qué o dónde. La crítica, repito, está muy bien, es incluso saludable para no dormirte, pero cuando tocamos la vida de la gente, cuando hacemos acusaciones y damos lecciones morales como si todos fuéramos sobrados, eso da mucho miedo. Y si hay quien no lo ve, es que el miedo tiene más razón de ser.