Cuando fuimos (casi) los mejores: 23 de mayo 2001, odisea en Milán

23 de mayo de 2001, San Siro, Milán, Italia, una final de la Champions League, la segunda seguida para el Valencia de Héctor Cúper. 25.000 valencianistas en las gradas convirtiendo a la capital lombarda en una especie de Plaza del Ayuntamiento gigante en plenas Fallas. Un equipo mucho más maduro que cuando un año menos un día antes había jugado el mismo partido, pero esa vez contra el Real Madrid. Un penalti a favor nada más empezar. La sangre fría del mejor lanzador de Europa en ese momento, Gaizka Mendieta. Gol. 1-0. Los minutos que no pasan, Cañizares paro un penalti. Se llega al descanso, y durante 62 minutos, desde el 3 de la primera parte, hasta el 50 de la segunda en el que Stefan Effenberg sí acertaba con una pena máxima. La hora y dos minutos en la que fuimos los mejores de Europa, cuando tocamos el cielo.

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No se trata de ir por la vida de nostálgico, porque eso suele ser síntoma de debilidad, de que las cosas no van como uno quiere, porque cuando se entona el "cualquier tiempo pasado fue mejor", es que pintan bastos, como es el caso. Sólo es recodar que una vez, no hace tanto aunque parezca toda una vida, fuimos (casi) los mejores, ganamos a los mejores, y no éramos ni los más ricos ni las más beneficiados por nada. Aún hay alguna noche en la que sueño que aquel penalti de Casrboni, que si lo metía era que fallaran ellos o que marcara Baraja para ser campeones, entra, pero sigue dando en la mano de Khan, va al larguero, baja, y se sale en la raya de gol... Por un Valencia Campeón, y que no tardemos en verlo.