Toca morir con Ayestarán, pero Pako, por favor, ayuda un poco

El Valencia, salvo sorpresa, no va a cesar a Ayestarán esta semana, pero a Mestalla no se puede volver en dos semanas con el casillero a cero

Toni Hernández | 13 SEPT. 2016 | 00:01

El Valencia de Pako Ayestarán dependía de empezar bien la Liga de sumar muchos puntos de salida para que todas las dudas se disiparan de forma rápida, aunque la realidad está siendo muy distinta, y se lleva un doloroso rosco en las 3 primeras jornadas, con buenas sensaciones y malos resultados en las dos primeras, y con un desastre maquillado por un arreón de orgullo en la última. La sombra del cese del entrenador vasco planeó en Mestalla, el nombre de Baraja incluso saltó a la palestra como sustituto. Reunión de la presidenta y el director deportivo con la plantilla y el cuerpo técnico, y calma, al menos hasta el fin de semana, por lo menos hasta el siguiente partido. Aunque a nadie escapa que de Bilbao no se puede volver sin nada, porque Mestalla no aceptaría empezar la quinta jornada sin puntos y sin soluciones. Supongo que todos esos borregos que insultan a la afición valencianista sin conocerla la pondrían a parir por pitar a su equipo si llevara 0 de 12, porque en cualquier otra ciudad del mundo recibirían a sus jugadores con una cerrada ovación...

Toca morir con Pako, al Valencia de Peter Lim no le queda otra, porque el proceso hasta renovarlo fue largo, fue en contra de la opinión de la gran mayoría, y a las primera de cambio no se puede admitir que el error se ha consumado. No se puede admitir porque esto es fútbol, los fichajes cada día llevan más tiempo, las opciones de mejora siguen vivas, y como todo puede pasar, el equipo puede ganar en Bilbao y luego al Alavés, y donde había una crisis de caballo, que esa pinta tiene, podría haber en cambio una larga temporada por delante llena de ilusión. Pero Ayestarán debe ayudar un poco, debe aclararse con lo que quiere y cómo lo quiere. Debe seleccionar bien a quién le da la confianza y cómo responde (lo de Enzo es muy grave), y sobre todo, debe encajar a los que vienen a mejorar lo que había. La paciencia es una virtud, pero los puntos son la vida.