Corberán debe demostrar qué Valencia quiere tener

Carlos Corberán va a tener su examen más complicado como entrenador del Valencia hasta la fecha. Los desastres contra el Barcelona del año pasado en Liga y Copa pasaron de puntillas porque estábamos abocados al descenso y eso era lo prioritario.

Pero lo que pasó este domingo en el Johan Cruyff es muy distinto, ocurrió con un equipo más suyo, con jugadores de su elección, con dos semanas para preparar el duelo, con un sistema estudiado y vuelto a estudiar, y terminó con una debacle vergonzosa de las que al aficionado le deja tocado muchos días.

Es obvio que el análisis del técnico de Cheste no puede ser el mismo hoy que hace 8 meses, porque esta plantilla, que seguramente hubiera querido retocar más, es muy de su gusto, con esas 8 altas y esas 13 bajas que hablan de forma clara un cambio drástico.

Y seguramente muy necesario, nadie lo niega, pero eso hace que la exigencia sea otra, que no pueda ser la misma de ninguna forma, porque no estamos en enero de 2025, gracias a Dios. No sé lo que tendrá pensado para hoy, si le ha dado muchas vueltas o lo ha tenido claro desde el primer día sin necesidad de más, que sería lo ideal, pero convendría, más allá incluso del resultado, que si ganamos mejor, claro, que el equipo tuviera claro lo que es, lo que quiere ser y a qué quiere jugar.

Sin bandazos, sin dudas, sin que nos entre ese sudor frío de cuando detectas que la cosa está lejos de verse clara, porque eso termina en miedo, y el resto ya sabemos cómo concluye. Es muy importante el encuentro de hoy, no decisivo, que no nos podemos poner dramáticos en la jornada 5, pero las dinámicas marcan los años, y es día de eso.