La persona clave para el Nuevo Mestalla
María José Catalá, digan lo que digan, es quien ha puesto cordura a un proceso que estaba desbaratado por muchas cosas

"Hemos deshecho el nudo del Nou Mestalla, quince años paralizado, y lo hemos con una licencia y unas fichas endurecidas, muy endurecidas, que protegen los intereses de la ciudad". Las palabras son de María José Catalá, que hacía repaso a sus dos años al frente de la alcaldía hace unos días con una intervención en la conferencia de la Nueva Economía Forum. Quien niegue esta máxima, que los hay, tendría que repasar muchas cosas, que no lo hará.
Lo que durante tres lustros ha sido un problema y una vergüenza para la ciudad, y desde hace más de 10 años una exigencia sin límites a la propiedad del club (absolutamente justa) se ha convertido ahora mismo en todo lo contrario, y eso ha hecho que muchos hayan quedado en evidencia, porque en pocos meses han pasado de defender una postura a capa y espada, y cargando contra todo y contra todos, a hacer lo mismo pero cambiando 180 grados el argumento y las razones.
Catalá dejó claro siempre que su intención era resolver el problema, algo que no había afrontado desde hacía mucho, y que incluso se llegó a usar como arma electoral, que por lo visto con los resultados, no fue demasiado eficaz para quien la usó. La inauguración del estadio está cada vez más cerca, y eso es bueno para el Valencia, aunque haya quien no lo quiera ver. Pero jamás cargaría contra ellos por pensar distinto, cosa que ellos, por desgracia, no pueden decir.