Corberán marca el ritmo: mercado lento pero con sentido

El club no se mueve por impulsos: Corberán quiere perfiles muy definidos y el margen de error es mínimo. Firmar sin improvisar es el objetivo para no repetir errores de otros veranos

Jose Hernández | 21 JUN. 2025 | 08:00
Carlos Corberán

A estas alturas del verano, la inquietud del valencianismo es comprensible. No hay fichajes ruidosos, las renovaciones están en pausa y la llegada de Ron Gourlay sigue marcada en el calendario como el pistoletazo de salida. Pero más allá del ruido, el Valencia está construyendo desde un lugar habitual, la contención.

Carlos Corberán ha trazado una hoja de ruta exigente. Quiere un equipo corto, comprometido y con sentido táctico. Nada de nombres para la grada, nada de apuestas mediáticas que no encajen. Lo que busca es coherencia, y por eso el mercado está siendo más analítico que reactivo. A falta de músculo financiero, el margen de error es mínimo. De puertas para fuera puede parecer parálisis, pero en el cuerpo técnico no lo ven así. Se han identificado posiciones prioritarias  (portería, banda derecha, perfil ofensivo polivalente), pero también se sabe que cada decisión debe ajustarse a los parámetros del club: coste bajo, rendimiento inmediato y encaje en grupo. No se trata solo de firmar, sino de firmar bien.

Esta calma puede resultar desesperante, pero el curso pasado dejó claro que el Valencia ya no puede improvisar. Cada pieza debe sumar desde el día uno. Por eso, los tiempos del mercado son distintos. Y aunque Gourlay aún no ha aterrizado, los perfiles están definidos, los informes cerrados y las conversaciones iniciadas. No se actúa porque falte dirección, sino porque el plan exige precisión. Lo importante no es cuántos lleguen, sino cuántos encajen. Y en ese sentido, este Valencia está empezando a actuar como un club con criterio. Falta mucho, sí. Pero cuando el movimiento llegue, será con la idea de sumar, no de tapar agujeros. Corberán lo tiene claro y ya en el caso Agirrezabala estamos comprobando que el club está jugando sus cartas sabiendo que tiene la palabra del jugador para, en el peor de los casos, al menos asegurarse la cesión aunque no exista opción de compra.