La necesidad de pulir el talento de los jóvenes del Valencia

El futuro del Valencia depende de los buques insignia pero sobre todo de la evolución de los jóvenes que componen la plantilla en su mayoría. La pasada temporada y de la mano de Rubén Baraja, futbolistas como Diego López, Mosquera o el propio Mamardashvili sostuvieron al equipo. El Valencia tenía razones para estar esperanzado y mucho talento por pulir.

Sin embargo, no todo está funcionando de la forma esperada. Algunos jóvenes que hace un par de temporadas ilusionaban al valencianismo han quedado atrapados en un estancamiento preocupante. Hugo Guillamón, pese a su calidad y polivalencia, no ha terminado de dar el salto definitivo hacia la élite. Su irregularidad en el centro del campo ha frenado una progresión que parecía imparable tras su debut. Otro caso es el de Jesús Vázquez, lateral izquierdo con condiciones, pero que no ha logrado asentarse en el once ni ha cumplido como alternativa.

La evolución correcta de estos jóvenes es vital, no solo para el presente, sino para el futuro del Valencia. El club necesita que sus promesas se conviertan en realidades capaces de liderar al equipo en la tabla teniendo en cuenta que desde la propiedad no se espera una apuesta económica en la parcela deportiva. El parón debe servir para reconsiderar roles y que jugadores con potencial como Javi Guerra o Yarek recuperen su mejor versión.