Y ahora, la maldita "normalidad" vuelve a Valencia

Va a ser el peor lunes de la historia reciente de Valencia. Después de unos terribles, los más terribles que podamos recordar pandemia al margen porque no fuimos conscientes de las cosas hasta más adelante, nos toca volver cada uno a lo suyo, a su vida, a su trabajo, a sus estudios. Y, sinceramente, no sé cómo vamos a poder hacerlo en el corto plazo, porque lo que estamos viviendo es algo que supera cualquier cosa que podamos imaginar.

No podrá haber decenas de miles de voluntarios cruzando los puentes que van al sur, porque tendremos que ocuparnos de nosotros, de lo que nos pertañe. Y hacerlo pensando en que hay muchos valencianos, muchos, a unos minutos a pie, sufriendo lo indecible, llorando a sus muertos, intentado reconstruir sus vidas de la nada, muchos de ellos amigos, conocidos, o amigos de amigos, cuando no familia, es algo que no podemos siquiera comprender.

No sé lo que hay que hacer, tampoco cómo hay que hacerlo. No sé si podemos o debemos volver a nuestra vida porque es lo que toca, o aparcarlo todo hasta que esa gente no se quede atrás, de verdad. Y eso, al menos a mí, me genera una angustia que no puedo soportar. Y mucho me temo que no soy el único que va a estar así por tiempo, no sé cuánto tiempo, porque esta herida, aunque seguro que cicatriza, como todas, no se va a poder cerrar.