Mestalla, el Valencia, la Liga, ganar

Un partido de Liga en Mestalla del Valencia que se debe ganar. Algo tan simple y tan habitual como esto, una cosa que hemos visto cientos de veces a lo largo de la historia, de la del club y de la nuestra propia como aficionados, y que ahora mismo se nos hace un mundo en todos los sentidos, porque desde marzo sólo lo hemos hecho una vez, contra el Girona hace unas semanas, y parece que ahora mismo sea más complicado que nunca. 

El rival, y que se me entienda, es lo de menos, porque el problema, más allá de cómo salga cada partido, somos nosotros. Nos toca volver a ser ese equipo de ideas claras y conceptos muy metidos en la cabeza, que sabe lo que tiene y cómo tiene que hacerlo, que sin duda cuenta con limitaciones, porque eso no lo podemos negar, pero que de ninguna manera es tan sumamente flojo como marca ahora mismo la clasificación.

Ahora y casi durante toda la temporada hasta el momento, vaya. Hay que ir al campo, aunque sea un lunes por la noche, que por naturaleza apetece lo justo, y apretar con el equipo para conseguir un triunfo.

Sí, eso que comentábamos al comienzo, eso que hemos hecho y hemos visto tantas veces, pero que en este momento se nos hace bola por este maldito fútbol que tiene caprichos extraños, a lo Peter Lim pero rodando como la pelota y sin hablar (aunque en esto es clavado al máximo accionista, sin duda). Yo confío en el valencianismo, en todo el valencianismo, el de la grada y el del césped. Y esa sensación, y más en casa, no me la va a quitar nadie en la vida.