Ese miedo vital en aficionados veteranos del Valencia

Dos tipos de más de 50 años hablando del miedo que tienen cuando piensan en el Valencia, un sábado por la mañana, bien pronto, después de correr unos cuántos kilómetros. Me pasó este fin de semana. Me encontré a Rafa de Abastos, que sin yo saberlo vive muy cerca de mí, y conforme nos cruzamos me dijo, “Toni, ¿saldremos de esta? Yo estoy muy asustado, y mi grupo de amigos valencianistas igual”.

La conversación duró unos 10 minutos, y en ella se vio reflejada la experiencia de los que hemos vivido un descenso siendo unos críos, él con 16 y yo con 12, y los que también hemos visto al Valencia más grande de todos los tiempos en plena madurez. No es normal lo que nos pasa, porque esto, de salida, nunca nos ha ocurrido.

El año pasado pensábamos que sí, aunque fue todo bastante mejor de lo esperado, pero en este, las peores pesadillas han ido tomando forma, unidas a circunstancias que no tienen sentido, que no tienen explicación, que no hay por dónde cogerlas, y que se nos han venido encima de una forma inexplicable. Y cuando se supone que ya tienes una edad para que las cosas te afecten de otro modo, resulta que no, que es casi peor que cuando eras más joven, porque con más de medio siglo te sigues poniendo igual, y claro, eso ya no es lo mismo.

Ver la cara de Rafa, con el que no había hablado nunca antes en mi vida, me dejó tocado, porque así hay mucha gente que hemos visto casi de todo, y que somos los que tenemos traspasar el legado a nuestros hijos. Una papeleta dura, mucho, pero es lo que nos ha tocado vivir, y que afrontarla.