La calma que Baraja intenta dar al entorno del Valencia

Rubén Baraja le quita siempre dramatismo a todo lo que pasa en el Valencia, y eso no significa que no sea consciente de lo que hay, o que no le importe, o que sólo ande pensando en su contrato, que son algunas de las barbaridades que he venido leyendo en los últimos días. Pero ponerse en estado de pánico en la jornada 1, o incluso antes, que aquí llevamos así todo el verano, y de forma más acusada en este mes de agosto tan extraño que estamos viviendo.

Y repito, nadie le quita ni un ápice de gravedad a todo lo que está pasando, porque estamos compitiendo ya no con críos, con escasez, con mucha, y eso se nota cuando necesitas tirar mano del banquillo para cambiar el ritmo de los partidos y te das cuenta que no llegas, que te faltan cosas, que no puedes dejar toda la responsabilidad de un club, primero en niños de 20 años, y luego en otros más jóvenes aún. Porque eso no puede acabar bien.

"Cuando me refiero a mejorar lo de la temporada del Valencia, me refiero a pensar en positivo. En la vida hay dos opciones: buscar mejorar o lamentarse", decía Baraja el pasado viernes, en la previa contra el Barcelona. Y más razón no puede tener el mister, aunque ahora está en nuestra mano hacer como él, que es igual de valencianista como nosotros, o activar el botón del miedo absoluto y pensar, en agosto, que estamos muertos y no hay nada que hacer.