El miedo como arma en el Valencia

No veo miedo en el entorno del Valencia, sino mucha crispación, más de la que hay normalmente, y eso ya es hablar de palabras mayores. Entiendo y comparto el cabreo general de todos. Nos faltan fichajes en varias zonas del campo, la ausencia de tipos importantes nos está pasando factura porque con todos seguimos teniendo puntos débiles, y los resultados de pretemporada, y las sensaciones, no están ayudando a calmar esa situación.

Hay muchas explicaciones para lo que viene pasando estas semanas, varias de ellas estrictamente deportivas, pero como digo tantas veces, las que cosas que dependen de nosotros mismos no se nos pueden escapar. Y quizá, el mensaje hay que hacerlo amargo, duro y realista, y que eso no conlleve que todo el mundo se rasgue las vestiduras como si fuera algo novedoso. Si nada cambia, el gran objetivo es no bajar a Segunda, no pasar apuros, tener un año como el pasado.

Y eso es duro de asimilar, pero muy duro, y a ningún valencianista le puede parecer normal, ni le puede gustar, por supuesto que no, Pero una cosa es eso, que no discusión, y otra muy distinta que nos pongamos a patalear como niños pequeños pensando que así las cosas van a cambiar, porque no lo van a hacer. La propiedad es una cosa, que por desgracia se nos va de las manos. Y el equipo es otra, y ellos dependen en gran medida de nuestro apoyo.