Pensar un poco en fútbol, en el Valencia de Baraja, en ganar…

¿Nadie piensa en que el Valencia gane el partido del domingo ante el Rayo? Esa es mi sensación desde hace días, en concreto desde que terminó el duelo contra el Alavés, porque fue como si esa derrota, que para nada fue merecida, supusiera el fin de la temporada, todavía con 12 puntos en juego, en los que puede pasar de todo. De hecho, se ha hablado más esta semana de montar algo muy gordo el día del Girona, dando por sentado que no nos vamos a jugar nada (que ya es triste pensar así) que de llenar Mestalla para ayudar al equipo y sumar 3 puntos que nos harían ir a San Sebastián el jueves con esperanzas de darle la vuelta a las cosas.

Nunca me ha gustado esa actitud, nunca, pero es que ahora lo veo terriblemente injusto con un equipo que ha dado mucho más de lo que realmente podía, que ha peleado con todo ante rivales que eran superiores, y que, aunque sea muy complicado, está vivo para poder aspirar a Europa en la jornada 35, que nadie pensaba que fuera a ser posible.

Me gustaría ver un campo lleno hasta arriba, a la misma hora que nuestra Virgen de los Desamparados desfilará por la ciudad en su procesión del segundo domingo de mayo, y con ese dúo a pleno rendimiento, creo que no se nos escaparía la victoria.

Lo digo totalmente convencido. Porque además soy defensor de la justicia poética en el fútbol, y estos chicos, y Baraja, merecen apurar todas sus opciones, llevar vivos hasta el final, y una vez allí, pues ya veremos quién se acaba llevando al gato al agua. Pero nosotros ayudemos en lo que podamos, que no es tan complicado.