El entorno del Valencia no puede permitir a ciertos personajes

Algunos personajes que pululan en el entorno del Valencia son absolutamente tóxicos, desde el punto de vista que sea, porque no hay otra manera de explicarlo. Porque una cosa es que cada uno tenga su opinión, que es algo recomendable, y que sólo faltaba que fuera una especie de cuestión extraordinaria, que es lo que parece desde hace un tiempo, porque aquí hemos roto todas las barreras de los razonable en demasiados aspectos.

Pero es que no se puede aguantar a quien sólo buscar calentar a la gente, alterarla, encenderla, soliviantarla. Con medias verdades, incluso con mentiras, hasta infundiendo cierto medio en determinadas cosas, que es sobrepasar límites que no se sostienen, que no se pueden consentir.

El problema, como digo tantas veces, las mismas que cae al vacío, es que los medios siguen dando cobijo a determinados perfiles, que no dicen nada, no aportan nada, no suman nada, pero dicen cosas muy subidas de tono, muy bestias, muy salvajes, y eso, al final, parece que vende.

Que está muy bien, porque el problema no es ese, sino que cale, que la gente crea que la vía de decir la barbaridad más gorda es la buena, y que sea un fenómeno que no tenga fin. Todo es tan grave como triste, pero tampoco es que se vea demasiada voluntad de cambiar absolutamente nada, y eso da entre pena, asco y vergüenza.