El Valencia de Baraja se ha ganado una oportunidad

El Valencia vive un período dulce en lo deportivo, las cuatro victorias consecutivas permiten soñar con cotas mayores pero hay que estar alerta. Ya vimos tras la derrota ante el Celta que basta muy poco para que el entorno más tóxico salga a flote y comiencen los señalamientos hacia jugadores y aficionados. Es parte del fútbol aunque en Valencia todo es más volcánico, con mayor motivo en la actual época de trinchera que vive el club.

Afortunadamente Baraja ha sabido aislar al equipo de las batallas extradeportivas y los resultados están dando la razón a su trabajo. El partido del metropolitano es ilusionante, en frente estará un gran rival y el Valencia llega con hambre de triunfo. Puntuar sería positivo y una victoria encendería la euforia pensando en Europa como objetivo. Pero es necesario mantener los pies en el suelo y saber que la plantilla es muy joven y queda mucho camino por recorrer. 

Tropezar entra dentro de las opciones, el Valencia debe explotar sus virtudes y competir de tú a tú. Es lo que ha hecho durante toda la temporada salvo pocas excepciones, afortunadamente se vuelve a hablar de fútbol y esa es la mejor señal pensando en el medio plazo. Es un partido para disfrutar e ilusionarse, una gran oportunidad que el valencianismo se ha ganado.