Cuando Fernando Gómez habla del Valencia, se le escucha

“Para que el Valencia se venda tiene que haber una oferta de compra”. Que yo diga esto y me pongan a parir es lo normal, es lo de siempre de estos supremacistas morales que inundan el entorno del club. Pero que lo diga nada menos que Fernando Gómez Colomer, una leyenda indiscutible de este club, y haya gente que le atice, es para que nos lo hagamos mirar con mucha calma y mucho sosiego, porque igual Lim no es nada comparado con lo que somos nosotros mismos.

Lo de pegarle a los que han marcado época aquí pero no insultan a la propiedad es algo que se ha convertido en una fea y peligrosa costumbre que algunos encima jalean, con todo lo que eso conlleva, que no es nada bueno precisamente. Si un tipo como Fernando no puede decir abierta y tranquilamente lo que pensar, que al final dejará de hacerlo porque no le va a valer la pena, es como sociedad, en su conjunto, hemos fracasado de una forma y manera estrepitosa.

Son ya muchas veces, demasiadas veces, y no sólo cansa, es algo más, que no tengo claro cómo explicarlo, pero que genera una fatiga que no se puede llevar, que es intolerable soportar. Porque además de todo, más allá de que Fernando pueda decir lo que entienda oportuno, y que siempre lo hace con el máximo respeto, es que tiene toda la razón, que igual es eso lo que provoca todas estas reacciones que no tienen por dónde cogerse. Vaya desastre estamos generando nosotros solos sin ayuda de nadie, vaya desastre.