Valencianismo por encima de guerras en el entorno

El parón por selecciones no ha sido tan polémico y movido como en anteriores ocasiones, no obstante la ausencia de fútbol de clubes ha generado debates sobre el Nou Mestalla y se cierra con la propuesta de Torino a Mestalla que fue presentada en el día de ayer. Lejos de analizar la viabilidad del proyecto (a priori se antoja muy complicado que pueda salir adelante o convencer a Peter Lim), los representantes de la asociación admitieron una verdad irrefutable: la fuerza del valencianismo es grande, así como la masa social que hay detrás. Sin embargo los grandes problemas de la entidad llegaron por la falta de unión del entorno y muchos pescaron en aguas revueltas.

Ni existen valencianistas que apoyen a Meriton ni activistas que deseen las derrotas del Valencia. En las redes sociales todo se magnifica y los más extremistas encuentran la vía para lanzar sus mensajes más incendiarios. A todo valencianista le une la pasión por el club y existen maneras distintas de vivir el fútbol. Criticar a aquellos que decidieron entrar al estadio para animar al equipo y calificarlos como cómplices fue una de las maniobras más sucias que se han visto en los últimos tiempos.

El equipo necesita el apoyo de los aficionados, Mestalla debe seguir siendo el lugar de encuentro con el fútbol como foco. Dicho eso, y aunque la venta del Valencia parece una opción muy lejana, cualquier propuesta que aparezca como oposición a la propiedad debe ser escuchada siempre y cuando se presente con unos mínimos de educación y respeto; en muchas ocasiones se han atravesado líneas rojas y desde luego ese no puede ser el camino a seguir.