Partido grande del Valencia para los buenos de este equipo

Un Valencia sin miedo, sin pedir permiso, y por supuesto, sin pedir perdón por tener hambre. Hacía tiempo que no sentía esto antes de una gran cita del equipo. El orgullo de ser de este equipo, el emocionarse viendo a esta gente. Sonreír pensando en el próximo partido. Necesito que vayamos a por ellos, que nos dejemos el alma en este encuentro, que el fútbol nos dé un poco de tregua y nos conceda el poder sacar algo bueno de un lugar donde normalmente pierdes... o hacen que pierdas, que nunca termina de estar claro del todo.

Es día de los buenos del equipo, es día de que Baraja acierte en sus decisiones, de que los planes de partido salgan, de que todo fluya de alguna manera. Son tres puntos como los del Granada la semana pasada o los del Celta cuando volvamos del parón, eso no lo discute nadie, pero no nos engañemos, hay momentos del año en los que debes dar un golpe encima de la mesa, y sitios donde toca hacerlo por muchas razones. Porque a nadie escapa que lo que rodea al encuentro lo convierte en algo más que un partido de fútbol, y eso nos toca especialmente a los aficionados del equipo, a los valencianistas que tenemos tantas cosas que aguantar. 

Me apetece mucho lo de esta noche, y tengo claro que, hablando sólo de fútbol, lo normal es perder, que hemos ido con equipos mucho mejores que este y no hemos sacado nada. Pero hay situaciones que hacen los momentos distintos, y ahora mismo estamos ante una de esas veces. Llevamos yendo allí varios años como corderos degollados, muertos antes de salir al campo, y ahora eso no es así, aunque luego el resultado sea el mismo. Y sólo por podemos vivir ese tipo de momentos, ya val todo la pena.