Cómo construir un gran Valencia en paz

La esencia del Valencia es el legado que se traspasa de padres a hijos. Cada generación debe dejar un club mejor del que se encontró, y esa es nuestra gran meta como valencianistas. Los títulos y la gloria son un tema aparte, porque se pueden dar o no, pero si tenemos un Valencia de este modo, siempre será más fácil poderlos conseguir. Y para poder alcanzar ese punto, y mucho más desde nos encontramos ahora, necesitamos que haya un entorno en paz.

Justo cuando más estado de guerra civil hay, cuando las redes han venido a emponzoñar una situación que ya era fea sin necesidad de más aderezos. Este momento genera pereza, apatía, mucha fatiga, porque sabes que en el momento en el que des tu opinión, sino va a acorde con determinados parámetros, vas a recibir una lluvia de insultos. Y eso está haciendo que muchos valencianistas de bien, y que podrían aportar muchas cosas, no tengan ganas de hacerlo.

El Valencia necesita quitarse este clima bélico y de odio, porque estamos sembrando un futuro del que nos vamos a arrepentir, y cuando eso pase, luego preguntaremos y nadie habrá sido, como los que vendieron las acciones a 600 euros, que no hay uno que salga a confesarlo. Y aunque parezca mentira, tener un club en paz es mucho más fácil de lo que podemos pensar, aunque para ello hace falta algo poco menos que imposible: que todo el mundo admita que, al menos en algo, puede estar equivocado.