La opinión pública que sigue al Valencia

En el entorno del Valencia se habla de lo que la prensa queremos que se hable. Esta reflexión tengo claro que me va a costar improperios, públicos o no, pero es una verdad respecto a la que no tengo el mínimo género de duda. Hacia donde nosotros enfocamos la actualidad es hacia donde mira el aficionado, y es por ello que, en los tiempos que corren, tenemos una responsabilidad mucha más grande de lo normal.

Porque además estamos cayendo en una trampa peligrosa, que es hablar de lo que queremos que pase y no de lo que realmente está pasando, lo que supone algo muy problemático, muy peligroso. Se han traspasado en muchos casos una serie de barreras mínimas de respeto y de educación, porque no es admisible que se utilice determinado lenguaje de forma pública.

Hace unos días comentaba con alguien muy importante que en los 90, con Paco Roig, la tensión social era diez veces más fuerte que ahora, y nadie traspasó determinadas líneas rojas que ahora es como si no existieran. Y eso sólo contribuye a aumentar ese clima bélico que, encima, no resuelve ni uno solo de nuestros problemas. No se trata de decirle a nadie de lo que tiene que hablar, eso es para cosa.

Sólo de ser conscientes de lo que tenemos delante, de una situación histórica por todo lo que rodea al Valencia actual, y que por tanto exige una altura de miras que va mucho más allá de intereses particulares o de guerras personales. Nos estamos jugando el futuro del club, porque Meriton llegará un día que no esté, que a nadie le quepa duda, y cuando eso pase, habrá que tener algo sobre lo que volver a ser lo que siempre hemos sido y que, de alguna manera, nunca vamos a dejar de ser.