Solo las victorias devolverán el fútbol a Mestalla

Existen dos realidades paralelas en el valencianismo que conviven en el entorno: por una parte están las redes sociales, aquellas que han traído tantas cosas positivas pero que a la vez representan un universo que no siempre corresponde con la vida real. En clave valencianista las redes sociales son auténticas trincheras con bandos irreconciliables y noticias cada vez más interesadas dependiendo del lugar donde provengan. En el otro extremo se coloca la masa silenciosa del Valencia, la que llena el estadio cada semana buscando que el equipo reaccione y que pese a ser crítica se aleja de las guerras del día a día.

Todo el valencianismo está de acuerdo en que la gestión de Meriton ha sido decepcionante en todos los aspectos, nadie apoya a Peter Lim aunque un sector se empeñe en llamar cómplices a aquellos que disienten del pensamiento único. Hay ganas de fútbol y de ver al Valencia, hay ganas de volverse a ilusionar aunque la situación sea difícil, y hay ganas de apoyar a unos jugadores y un técnico que se lo están dejando todo por dar alegrías aunque no siempre se consiga.

Y es que en eso consiste el fútbol, y siempre desde la victoria todo es más fácil. Los parones se hacen demasiado largos en Mestalla y la lista de batallas es incesante dentro de esta trinchera. Hay demasiadas ganas de fútbol en la mayoría silenciosa, pero algunos siguen interesados en apagar esa llama que une a miles de personas por un sentimiento. La historia se repite semana a semana y en los parones sin fútbol ni triunfos la temperatura crece hasta límites insospechados.