La concentración y el compromiso no se negocian en el Valencia de Baraja

Si algo aprendió el Valencia en el pasado curso es que la concentración y el compromiso son innegociables, el equipo no tiene mimbres suficientes como para pensar que puede ganar partidos con golpes de calidad, cada punto se sufre y se trabaja y por ello no pueden aparecer momentos de desconexión como lo ocurrido en el descuento frente a Osasuna. Mucho más grave fue la salida al campo del Valencia, las confianzas volvieron a salir a flote ante un equipo cargado de suplentes que sin embargo supo competir muy bien al conjunto de Baraja.

El Valencia está cada vez más preparado en lo táctico, se aprecia una ligera evolución respecto al pasado ejercicio pero la realidad es cruda: se han marchado muchos jugadores y de momento solo aterrizaron dos. Pepelu y Canós han dejado buenas pinceladas pero tampoco hablamos de jugadores realmente desequilibrantes, también van a tener que ponerse el mono de trabajo dentro de una plantilla marcada por la juventud y que debe aprender a manejar el rumbo de los partidos.

Demasiado blandos en acciones puntuales, equipos con oficio como Osasuna terminan penalizando estas desconexiones que tanto enfadan al Pipo. Tras un buen comienzo de liga llegó el primer revés en Mestalla.