¿Cómo podemos sacar a Peter Lim del Valencia?

La pregunta de cómo podemos echar a Peter Lim está presente en todas las tertulias que se crean en torno al Valencia. El problema, con todos los respetos, es que muchas de esas soluciones que se aportan nacen del corazón, del sentimiento valencianista, de las ganas de terminar con esta pesadilla. Y por desgracia, por más que nos duela, eso ahora mismo no es suficiente para terminar con un problema que nos quema hasta el último centímetro cuadrado de nuestro cuerpo.

La vía jurídica sigue abierta, se han intentado muchas cosas, y se siguen intentando. Hasta la fecha, repito, justo a esta momento, ninguna de esas opciones ha tenido éxito, porque todo ha sido siempre desestimado. Incido de nuevo, hasta la fecha, lo que no significa que eso vaya a pasar siempre, no sea cosa que Zorío se enfade (y se ponga a llamar a todos nuestros amigos en común, que es su práctica habitual). El problema no es que esta vía prospere, sino todo lo contrario, que se vuelva a quedar en la orilla, que repito, es lo que ha pasado hasta el momento.

Nadie habla nunca de la otra alternativa, pero de manera real. Es decir, que alguien le compre a Lim sus acciones, que le haga una oferta y se quede el club. Los empresarios valencianos están desaparecidos, y mira que podrían hacer historia para siempre, y los que llaman, que llaman, se encuentran siempre con la negativa del propio Lim siquiera a sentarse.

La encrucijada es complicada, mucho, y si encima nosotros nos empeñamos en soluciones que parten de nuestros hígados y no de nuestra cabeza, es todo aún peor si cabe. Y a corto y medio plazo la opción debería ser otra, pero si la dices, que fusilan al amanecer. Y yo ya estoy mayor para estas cosas.