Que el miedo no se apodere del Valencia

Si en el Valencia se nos apodera el miedo, estamos en Segunda. Lo hemos dicho varias veces en estas semanas, pero ahora que hemos "decidido" jugarnos todo a lo que pase en las dos últimas jornadas, mucho más. Nadie está habituado a esto, nadie se acostumbra a estas situaciones, y por eso, quien mejor maneja el pánico en estos contextos es quien se acaba salvando. También hay que tener fútbol y un punto de suerte, pero la cabeza, sin duda, fría. 

Y no, no es un momento demasiado propicio para ello, porque hasta que ganamos al Madrid, todos íbamos con el cuchillo en los dientes, sabiendo que cada brazada era la vida. Pero en Mallorca fuimos otra vez el equipo blando y absurdo que, a ese ritmo, no le gana a nadie. Y lo peor de todo es que llevaron la victoria casi sin querer, dejándose llevar y regalando la primera mitad. Lo intentamos, sólo faltaba, pero ir a contracorriente no suele ser nunca un buen plan. 

Ahora tenemos un par de días en los que Baraja tendrá que trabajar la cabeza, por encima de todo la cabeza, porque es la que necesitamos perfecta el domingo contra el Espanyol. Es el peor rival posible, porque viene a la desesperada, con poco o nada que perder y todo que ganar, y eso le hace temible. Pero como a nosotros, también le puede afectar el miedo. No nos podemos dejar vencer por él, aunque sea muy complicado, porque esa es la clave de todo.