La guerra por la venta del Valencia

La guerra que nos estamos montando por la venta del Valencia es curiosa… ¿o es que no hay tal guerra porque resulta que no existe, al menos de momento, esa venta? Todo esto está siendo muy duro, muy cansino, muy agotador, porque algunos insisten en lanzar ciertos mensajes que, sin duda, calan en la gente, aunque el hecho de que puedan ser reales sea algo mucho más que cuestionable.

Y no, no me gusta, me cabrea, yo tampoco quiero a Peter Lim, y aunque pondré los peros que me dé la gana, a esto en particular no le pongo ninguno. Aunque tengo muy claro que las cosas se deben hacer como toca y no forma populista, porque eso al final sólo hará que aumentemos la expectativa sobre algo que luego se nos puede volver en contra, y aumentar el cabreo que ya de por sí está en todo lo alto. La dolorosa realidad es que no podemos tener influencia en este proceso, porque no tenemos el dinero, y no lo vamos a tener.

Y aunque si se da el caso de que aparezca un comprador, o varios, tomaremos partido y haremos la de 2014, que lo tengo más claro que el agua, ahora mismo no hay guerra, porque no hay un rival que se pueda enfrentar, vamos a decirlo así, a Peter Lim. No hay guerra, en todo caso hay rencillas por lo ocurrido en el pasado, donde pocos, muy pocos, tienen las manos limpias de verdad para cargar contra nadie, aunque algunas cosas se han olvidado de forma deliberada para poder seguir hablando.

Y es por eso que tengo claro lo que pasará si volvemos a tener el mismo contexto, porque no hemos aprendido ni queremos aprender, y repetiremos los mismos errores una y otra vez.