Recibimiento al autobús del Valencia

El recibimiento brutal al autobús del Valencia ha sido el último conflicto en el entorno. O al menos uno de los últimos, porque aquí nos hace falta muy poco para encararnos por lo que sea y con quien sea. Se ha llegado a dudar de quién daba la orden de que el equipo entrara por un lateral en lugar de por la puerta habitual, y eso ha sido producto de la falta de información. Que en el aficionado lo puedo entender, porque no tiene obligación de saberlo todo ni quizá la opción de preguntar a quien toca para saberlo.

Pero la opinión pública es otra cosa completamente distinta. Porque se debe saber que quien manda en un campo de fútbol el día de partido es la policía nacional, que depende de Delegación de Gobierno, y que tú, como club, puedes tocar misa con órgano, pero se hará lo que indique el coordinador de seguridad esa misma policía. Si el Valencia no ha entrado por su puesto habitual en varios partidos ha sido porque así lo ha decidido la policía, y nadie más. ¿Que es porque se han convocado manifestaciones antes de los encuentros?

Es que lo dice la misma policía, nadie más, aunque el club se llevó una somanta de palos por algo de lo que no tenía la culpa. Que tampoco ha salido nadie de los que lo hizo a pedir disculpas, porque cuando el incendio está en marcha, parece que lo adecuado sea echar gasolina en lugar de preguntar qué pasa realmente. Que cada palo aguante su vela, pero queremos generar problemas donde no los hay. Y este sábado, si todo va bien, volveremos a ver entrar al equipo en Mestalla de esa forma que nos pone a todos la piel de gallina.