¿Mercados invernales productivos en el Valencia CF?

El Valencia sigue trabajando en reforzar la plantilla, a estas alturas todos sabemos que cualquier incorporación va a ser sometida a la censura de un sector acostumbrado a juzgar de antemano sin esperar a que el terreno de juego dicte sentencia. Es algo normal en el valencianismo y ya lo vimos el verano pasado con Almeida o anteriormente con Mamardashvili. Acertar en el mercado es complicado y las especiales circunstancias del Valencia CF actual tampoco admiten discusión, pero a partir de ahí tampoco estaría mal dejar trabajar a los profesionales del club y sobre todo esperar.

Al margen de estos debates que no llevan a ninguna parte (no tienen fin y responden a bandos interesados), también sería razonable reconocer que pocos jugadores llegaron al Valencia CF en el mercado invernal convirtiéndose en verdaderos revulsivos. Más allá de los Adrian Ilie, Pablo Aimar, Simone Zaza o Coquelin, se cuentan con los dedos de una mano los futbolistas que permitieron al club dar un paso al frente reforzándose en el mercado de invierno; por tanto la dificultad de acertar no es algo de los últimos años.

Hubo parches aceptables como Keita, Florenzi o Reveillere en el pasado, pero en el camino se encuentran decepciones como las de Enzo Pérez o Vietto, y futbolistas que terminaron evaporándose pese a que su toma de contacto fue buena (pensemos en Bryan Gil por ejemplo). Mejor no hablar de fracasos sonoros como el de Ever Banega en su primera temporada o los lamentables casos de Ferro, Cutrone u Oliva. En definitiva, la historia nos indica que los mercados invernales han traído más sombras que luces para el Valencia, no se trata de justificar errores pero sí de mantener la cordura sabiendo la complejidad que existe a la hora de acudir al mercado a estas alturas de curso.