Ganar fuera de casa, una necesidad vital para el Valencia

El Valencia no gana fuera de casa desde las Fallas de 2022. Fue el 19 de marzo, en Elche, y con gol de Guedes a pase de Carlos Soler. En boca de gol esperaba Maxi Gómez. Vamos, que de aquello no es que quede mucha gente, que ha pasado demasiado tiempo, y que los apenas 7 triunfos como forastero que llevamos en más de 50 partidos en los últimos tres años y pico nos han condenado a ser un equipo comparsa, de media tabla.

Estos datos son absolutamente implacables, y explican muchas cosas, o al menos lo hacen en parte. Porque cuando un equipo tiene nuestro nivel, no puede haber una diferencia tan bestia entre ser local y ser visitante. Y si en Mestalla somos capaces de jugar al fútbol de un modo determinado, con resultados, lo que no se concibe es que fuera parezca que nos hayamos quedado en el hotel y no tengamos ganas de jugar el partido que nos toca.

En Bilbao no merecimos perder, porque el duelo fue muy parejo. Lo de Vallecas fue un desastre, y lo mejor de largo fue perder sólo 2-1. Contra el Espanyol se tenían que haber sacado los 3 puntos por todo, pero los horrores defensivos y la falta de pegada nos condenaron. Ahora toca Osasuna, uno de los equipos mejor trabajados en la categoría. Curiosamente es un encuentro en el que muchos nos dan por muertos, por estadísticas. Pero ya sabemos, están ahí para romperlas.