El entorno asqueroso que hemos generado en el Valencia

Llevo 26 años como periodista que habla del Valencia, he visto de todo, y jamás había vivido un entorno como el que tenemos ahora mismo alrededor del club, nunca. He vivido épocas muy duras, pero mucho, cuando de verdad te podían tocar la cara en Mestalla, que alguna vez me ha pasado, o cuando una pancarta en la grada te reventaba en mil pedazos. Pero nunca nadie ponía en duda que todos fuéramos del Valencia, que sintiéramos la misma pasión, que lo nos movía era el mismo club.

Mi primer presidente, estando en los medios, fue Paco Roig, y con eso no sé si lo digo todo, pero supongo que muchas cosas, al menos a los que tienen mi edad o parecida. No había redes sociales, había personas que debían hablar, y cara a cara, y que lo hacían, muchas veces para discutir a grito pelado, pero no se escondían detrás de nada ni de nadie. Hemos perdido el respeto y el norte, y me refiero a todos, empezando por mí el primero, y eso es algo que debería ser poco menos que delito.

Y el problema es el mismo de siempre, que se está sembrando un odio africano que luego costará muchos años erradicar, porque este tipo de cosas se agarran con fuerza, la fuerza de las cosas que siempre hacen mal. Y, o no nos damos cuenta, o no nos queremos dar, que tanto da. Al final, el que pierde, y mucho, es el Valencia, que es siempre el que paga los platos rotos de todos, porque como no habla, como parece que no siente ni padece, es como si todo valiera con él.

Depende de nosotros, y sólo de nosotros, pero hay que querer, se debe tener voluntad para ello, y mucho me temo que se está demasiado cómodo en este ambiente poco menos que bélico, y que hay muy pocas ganas de ponerle fin a este sin sentido. Cada uno sabrá las razones de actuar así.